martes, 22 de diciembre de 2009

Otra década más

Ernesto García Mac Gregor

UNA DÉCADA PERDIDA

Tres siglos antes de Cristo, Aristóteles, exponía, erróneamente, que producir bienes con la finalidad de hacer dinero era éticamente criticable, mientras que su maestro Platón decía que la pobreza provenía de la multiplicación de los deseos. Después, con la llegada del Cristianismo y la proliferación de otras religiones se afianzó más esta falsa idea con aquello de que “es más difícil que un rico entre en el reino de los cielos, que un camello pase por el ojo de una aguja”. Ser pobre era una virtud, de allí tantos ermitaños, ascetas, anacoretas, estilitas, enclaustrados y cuerda de locos que compensaban su pusilanimidad con la soledad. O los gurús y faquires quienes para remediar en parte la hambruna se concentraban en la nada y los indios de Bolivia masticando coca para no sentir el hambre hasta morirse de precisamente de eso. Hace 250 años todos los países del mundo eran pobres.

Pasarían 1780 años de catástrofes, guerras, epidemias y sufrimientos hasta que por fin, la revolución industrial y el capitalismo surgieron en Europa. Fue Adam Smith con sus investigaciones sobre la riqueza de los países, el que logró eliminar el concepto de que el producir dinero era un pecado. De repente, se abrieron las puertas a las multitudes para que trabajaran egoístamente en beneficio propio, y fue esta creación de riqueza por parte de un creciente número de individuos emprendedores lo que detonó el desarrollo económico que cambió el destino hasta entonces nefasto del género humano. Desde ese momento se aplicó la formula que nunca ha fallado: libertad política más libertad económica, igual bienestar general.

Mientras gran parte del mundo, aún se está sacudiendo del atraso que representó 70 años de comunismo, aquí en Venezuela, unos trogloditas trasnochados vienen a retrotraernos al socialismo en pleno siglo XXI. Otra década perdida. Pobre país. Que oiga quien tiene oídos...

garciamacgregor@gmail.com

sábado, 19 de diciembre de 2009

La honestidad en el discurso

Esta intervención es una gema, es sensato, simple y diáfano.
Como la verdad

martes, 15 de diciembre de 2009

Y NO PASA NADA

Y NO PASA NADA

Ernesto García Mac Gregor

En el 2004 Chávez expresó públicamente por TV la siguiente frase: “les juro por Dios y mi madre santa que no apoyo, ni he apoyado ni apoyaré jamás a la guerrilla colombiana”. Hace poco manifestó: “la FARC y el FLN no son cuerpos terroristas, son verdaderos ejércitos. Hay que darle reconocimiento”. Luego, de manera irresponsable casi le declara la guerra a Colombia





Así mismo reivindica al terrorista "Carlos el chacal”, como un luchador revolucionario, insultando a Francia al expresar que estaba encarcelado injustamente. Al poco tiempo, ofende al pueblo de Uganda al referir que el maniático criminal convicto y ex dictador Idi Amín “fue un gran nacionalista, un patriota".

Declara que “Barrio Adentro” ha fracasado, sin embargo, le saca ganancia al fiasco diciendo que la Revolución sabe reconocer sus errores y que ahora es cuando realmente comenzará a funcionar al traer más médicos cubanos. Luego denuncia a sus propios banqueros corruptos, y paradójicamente queda como paladín de la lucha contra la corrupción como si no hubiese estado enterado de lo que ocurría. Aplauden las focas.

El superministro millonario renuncia, queda libre de todo compromiso con el chavismo sin ser investigado y pasa a convertirse en un “notable” por su gesto de nobleza. La presidente del TSJ afirma que una división de poderes debilita al Estado, cuando desde el siglo XVIII se acepta universalmente que es la mejor alternativa a los regímenes absolutistas.


Chávez arruina a Pdvsa y destruye la producción nacional; raciona el agua, la electricidad, la gasolina, rebaja los presupuestos de los estados, mientras sigue construyendo casas, refinerías y todo lo que le da la gana en el exterior. Ni un gobernador ni un alcalde chavista protestan. Las focas sumisas aplauden. Son unos cobardes traidores a sus pueblos. Pero aquí nunca pasa nada. Por ahora... Que oiga quien tiene oídos...