lunes, 29 de agosto de 2011

¿Por qué la desconfianza con el censo?


Esto lo escribí como respuesta a una encuesta del diario Tal Cual en Facebook. Como no escribo nada en este blog, valga este relleno:

En tiempos electorales y a través de las instituciones públicas, el gobierno se encargó de dejar claro que les importa un bledo el secreto del voto. Después del referéndum, nos demostraron a todos lo que son capaces de hacer con nuestra otrora inocente voluntad política.

Se sirvieron de todo un catálogo de tropelías -remember Tascón- para que entendiéramos bien que no tienen escrúpulos a la hora de usar y protituír nuestra información privada y nuestro noble deseo de expresarnos.

En estos tiempos que corren, desenfrenados y desprovistos de toda decencia, exhiben un comportamiento abiertamente criminal y animalesco. Confiesan con el más grotesco desparpajo, en medio de carcajadas de malandro, que le pinchan el teléfono a medio mundo. Un crímen impensable hasta hace poco, otro coñazo más a la inocencia y a la confianza que el pueblo depositó en ellos.

Ahora vienen como doncellas de la información científica, inmaculados de toda intención política, a pedirnos que les confesemos parte de nuestra intimidad, que dejemos pasar y les sirvamos cafecito al malandraje que se ufana precisamente de no respetar nuestra privacidad. Es como que te toquen la puerta y en el umbral, te encuentres a un sonriente Mario Silva , cual testigo de Jehová.

Sin embargo la gente es noble, los dejarán pasar, les ofrecerán hospitalidad y responderán a las pregunticas, esos pobres muchachos sólo se están ganando el pan con una chambita del gobierno. Pero los de arriba, esos malditos chacales de mierda, ese malandraje, debe entender que la desconfianza la generaron ellos y que el pueblo es noble, pero no estúpido. 

Por lo menos no lo es una mitad del país.