Seré breve porque no voy a hacer de este blog un obituario, pero la fecha realmente lo amerita.
El 13 de diciembre de 2001 el mundo del metal recibió una noticia anticipada pero no por ello menos terrible, había muerto el padrino del Death Metal.
De manera prematura, con sólo 34 años, desapareció una mente prodigiosa.
Chuck Schuldiner era el tipo de genio que con sólo veinte años creó un estilo dentro de la música. Todavía se discute si el Death Metal tuvo su origen en la banda de Chuck, pero lo que sí es indiscutible es que fue una de las mejores bandas del género, sino la mejor. Es considerado uno de los músicos más influyentes dentro de la escena del rock.
Death tuvo un impacto personal sobre todos los amantes del Metal. Un estilo diáfano que combinaba de un modo surrealista y melódico, las líricas más sublimes e inteligentes, ejecuciones magistrales en grado extraordinario y ritmos aplastantes que combinados resultaban en la más sublime de las violencias. Es una de esas bandas tan perfectas que incluso, siendo su estilo uno de los más duros, gusta a quienes reconocen los trazos de academia, virtuosismo y calidad dentro de cualquier estilo musical.
Schuldiner fue un hombre sencillo que en ocasiones se divertía con videojuegos antes de salir a un concierto, siendo un dios del Metal, su familia tuvo que recurrir a donaciones para salvarle la vida. Su mérito fue alcanzar la cima a punta de aptitud, creatividad y maestría, vistiendo de franela y jean.
Lo peor y más triste es que sus últimos discos fueron los mejores. Esperamos su disco póstumo, por ahí viene. Aquí dejo a manera de divulgación, uno de sus himnos.
RIP Godfather
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